La Fraternidad Misioneros del Buen Samaritano camina contigo en los momentos más difíciles, llevando la paz de Cristo a tu corazón.
difuntos
Cada oficio fúnebre es un acto de amor que honra la vida y confía en la promesa de la resurrección.
La Fraternidad Misioneros del Buen Samaritano acompaña con amor y fe a las familias que atraviesan el dolor de la partida de un ser querido.
Nuestras celebraciones y oficios fúnebres son momentos sagrados de oración, consuelo y esperanza, donde recordamos la promesa de Cristo: la vida no termina, se transforma.
difuntos
En cada oración, Dios sana el alma y fortalece la esperanza de quienes confían en su misericordia.
Cada ceremonia es un acto de amor y gratitud hacia quien ha partido, y un encuentro con el Dios de la misericordia que acoge en su paz a los que duermen en Él.
La Fraternidad, fiel a su misión de sanar, acompañar y servir, se une al dolor de las familias, ayudándolas a vivir este momento desde la fe y la confianza en la vida eterna.
“El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado,
y salva a los de espíritu abatido.”
— Salmo 34, 18
vida eterna
En cada oración, Dios sana el alma y fortalece la esperanza de quienes confían en su misericordia.
La fraternidad ofrece la posibilidad de celebrar oficios fúnebres, rosarios, eucaristías o actos conmemorativos en el hogar, la empresa o el lugar donde la familia lo requiera.
Con respeto y cercanía, llevamos el consuelo del Evangelio hasta donde haya un corazón que necesite paz.
“Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.”
— Mateo 5, 4
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