Llamados a servir con el corazón de Cristo
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.”
— Marcos 10:45
El servicio es el rostro visible del amor de Dios. Cada misionero samaritano es un testigo del Evangelio que actúa con ternura y justicia, sanando heridas físicas y espirituales, como lo hizo el Buen Samaritano en el camino de Jerusalén a Jericó.
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